LOS RUBÁIYÁT DE OMAR JAYYAM



Esta extraña palabra -Rubáiyát- procede del persa y podría traducirse más o menos como "cuarteto". Hablamos pues de un tipo concreto de estrofa dentro de la poesía.
En Occidente los Rubáiyát son conocidos desde que Edward Fitzgerald publicara en 1878 los poemas del iraní Omar Jayyam  (1048-1131).

            Primera edición estadounidense de los Rubaiyat de la traducción de Edward Fitzgerald.

Estructura

Los dos primeros versos de un ruba'i (singular de rubàiyát)​ riman con el cuarto, siendo el tercero un verso libre, aunque son frecuentes las interpretaciones en forma de dos pareados. Por supuesto que las traducciones no cumplen estos requisitos.

Temática

Según Xabier Correa Corredoira, los rubaiyat tienen un repertorio temático muy variado, destacando el disfrute del vino, el amor y el erotismo, la crítica a las instituciones (especialmente a las religiosas), el nihilismo, la reivindicación del librepensamiento y del agnosticismo, incluso del ateísmo; la muerte y la sabiduría.



OMAR JAYYAM
¿Quién fue Omar Jayyam? Nacido en 1048 en Nishapur, donde también murió, probablemente en 1131, recibió una sólida educación. Con 22 años se traslada a Samarcanda bajo la tutela del jurista Abú Taher, donde perfecciona sus estudios de álgebra y llega a ser colaborador -como astrónomo- del sultán Malik Shah I.
Pero no serán las matemáticas ni la astronomía, la historia, medicina o la filosofía, sino su arte poética la que le otorgará fama universal.
En sus versos se revela su espíritu materialista (deleite por los goces de la vida), a veces pesimista, otras optimista, pero siempre escéptico.



SUS VERSOS

No hay mejor manera de conocer al poeta que deleitándose con alguno de sus rubáiyát.

- Sobre los gozos de la vida

Nunca te atormentes por lograr oro o plata.
Antes de que tu aliento se enfríe, haz lo posible
por disfrutar tus bienes con un amigo, antes de que tus enemigos los derrochen si mueres.


Me digo, ¿qué es mejor, si ir a la taberna
y arrepentirme luego, o inclinarme en el templo?
Bebamos, que no quiero saber si tengo amo
ni que ha de ser de mi cuando me echen del mundo.

- Sobre su espíritu agnóstico y su pesimismo

Más allá de los límites de la Tierra,
más allá del límite Infinito,
buscaba yo el Cielo y el Infierno.
Pero una voz severa me advirtió: "El Cielo y el Infierno están en ti."


Mi nacimiento no aportó el menor provecho al universo.
Mi muerte no disminuirá su inmensidad ni su esplendor.
nadie ha podido explicarme jamás por qué he venido, ni por qué partiré.

- Sobre el sarcasmo

Confieso que si he entrado, devoto, en la mezquita
no ha sido únicamente para orar,
sino porque cogí hace ya algún tiempo de allí un tapiz hermoso.
El tapiz se hizo viejo ... y he vuelto a la mezquita.


- Sobre el escepticismo

Puesto que nuestra estancia en el mundo es precaria,
es absurdo vivir sin amor y sin vino.
¿A qué discutir sobre el mundo? Cuando muera
no ha de importarme nada que fuese o no creado

Ya ha pasado el tiempo de mis hermosos años.
Se fue la primavera de mi vida, y el ave
de juventud ha levantado su vuelo rapidísimo.
No sé cuándo ha venido ni cuándo se ha marchado



FERNANDO PESSOA

El gran poeta portugués Fernando Pessoa sintió una especial atracción por el poeta iraní a través de la traducción de Fitzgerald. He aquí un ejemplo de uno de esos rubaiyat:
One Moment in Annihilation's Waste,
One Moment of the Well of Life to taste —
The Stars are setting and the Caravan
Starts for the Dawn of Nothing — oh, make Haste!

Esta es la interpretación del poeta lusitano:
Um momento, ante a morte que começa,
Um momento, beber a vida á pressa:
Os astros cessam. Parte a caravana
Para a aurora de Nada. Ah, vem depressa

Y esta es la traducción y síntesis que con toda humildad me permito hacer de ambos:
Un momento, ante la muerte que comienza,
Un momento, bebe la vida deprisa:
Las estrellas se apagan y la caravana
parte hacia el alba de la Nada. ¡Ah, ven deprisa!

Más para terminar he aquí un rubái del propio Pessoa, de la edición El gallo rojo, con selección y traducción de Beñat Arginzoniz (2015):

El esfuerzo dura lo que dura la fe.
Mas ¿cuánto dura lo que no se ve?
¡Ah, bebe, bebe, hasta que olvides
el cómo, el dónde y el porqué!



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