RAVIOLIS CASEROS RELLENOS DE CONEJO A LAS HIERBAS

La cocina italiana es sin duda alguna una de las mejores del mundo, más afamadas, con prestigio ganado a pulso y con una personalidad propia. La pasta es santo y seña en este país. Hay miles de formas y fórmulas para presentar la pasta en la mesa. 
Una de las que más gustan es el ravioli. Aunque pueden comprarse ya hechos, incluso frescos, no hay nada como hacerlos en casa como lo haría la mamma o la nonna. Generalmente tienen forma de cuadrado, aunque hoy nos hemos permitido la licencia de hacerlos redondos, quizás porque hemos cortado la pasta con un aro de esta forma. 
Suelen ir acompañados de un caldo, o más frecuentemente de una salsa, admitiendo mil y una variedades, aunque la más clásica, ya que hablamos de un plato italiano, es la de tomate, pero si alguien se marca una salsa de setas o de queso no vamos a regañarle, ni mucho menos. 
Vamos pues con la receta, sencilla, aunque laboriosa por eso de tener que lidiar con harina.

Ingredientes
- 100 g de harina por comensal
- 1 huevo por cada 100 g de harina
- una cucharadita (de las de café) de aceite de oliva
- un poco de sal
- un guiso de conejo a las hierbas, preparado previamente
- una salsa de tomate, preparada previamente
- reducción de vino de oporto, o similar




Elaboración 

1.- Echamos la harina en un bol, haciendo un hueco en el centro para los huevos, y luego envolvemos, dejando caer la harina sobre los huevos. Añadimos la sal.





2.- Amasamos bien, al menos durante 10 minutos, añadiendo algo de harina si es necesario, hasta que quede una bola que no se pegue a las paredes del bol. Cubrimos con papel film o con un paño, dejando que repose al menos 30 minutos.



3.- Mientras tanto tomamos unos trozos del guiso de conejo y los despiezamos hasta dejar en trozos muy pequeños (o bien lo pasamos por la batidora), añadiendo un poco de la salsa de tomate para que quede  jugoso.





4.- Una vez que la masa ha reposado tomamos pequeños trozos y los vamos estirando con ayuda de un rodillo, cuidando que quede muy muy fina.



5.- El siguiente paso es dar forma a los raviolis. Se puede hacer con el instrumento de cortar pasta que se tenga más a mano. Yo lo he hecho con un aro redondo. Cada ravioli lleva dos partes, la base y la que lo recubre.



6.- Colocamos en el medio de cada base una porción alegre del relleno, en este caso el guiso de conejo a las hierbas.



7.- Tapamos con la otra parte, se puede ayudar a cerrar humedeciendo suavemente uno de los bordes que contactan. Luego se le da forma a los bordes, en este caso con la ayuda del lateral de un cortador de pizza.



8.- En una cacerola ancha cocemos los raviolis, añadiendo un poco de sal, durante 5-6 minutos, o más si es al gusto español. Los escurrimos en un colador. 






9.- Emplatamos poniendo una estela de tomate y unos puntos de reducción de vino de oporto, y de forma más o menos artística (según la habilidad de cada cual) los raviolis. Finalmente nos los comenos, pues aunque han quedado como para una exposición de pintura son para eso, para comerlos.






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