PISTO SALMANTINO
"Plato que se prepara con hortalizas troceadas, especialmente pimiento, cebolla, berenjena y calabacín, que se fríen y mezclan con salsa de tomate y en ocasiones huevo batido". Es lo que dice la Wikipedia y no seré yo quien vaya a contradecirla. Pero claro, metiéndonos en harina, no es lo mismo un pisto manchego que otro andaluz, o el que os propongo, salmantino. Ni que decir tiene que un plato tan radicalmente familiar es en cada familia donde mejor se hace. Los pistos de las madres y abuelas son imbatibles, y distintos entre sí una y mil veces. Por eso no pretendo convenceros, solamente dejaros nuestra manera de interpretar plato tan exquisito y saludable.
Ingredientes (4 p)
- 1 cebolla pequeña
- 3 o 4 calabacines
- 2 pimientos rojos grandes
- 1 pimiento verde grande
- 2 o 3 patatas medianas
- salsa de tomate (la que admita)
- aceite de oliva virgen extra
- sal
Elaboración
1. Pelamos y troceamos las verduras en el tamaño y forma que más nos guste. Salamos ligeramente.
2. Echamos unas cucharadas de aceite en sendas sartenes y freímos en una las patatas con la cebolla y en la otra los pimientos. Cuando vayan estando casi hechos los pimientos, los añadimos a la otra sartén. Cuando estén fritas y suaves las verduras se escurren bien para eliminar la mayor cantidad de aceite posible y luego se reservan en una cazuela.
3. Cortamos los calabacines en dados y procedemos a su cocción con agua, aceite y sal. Cuando estén cocidos se escurren y se añaden a la cazuela con los otros ingredientes.
4. Hacemos la salsa de tomate. Para ello pelamos y despepitados 1 kg de tomates maduros. Los troceamos bien, salamos y freímos a fuego medio (podemos añadir un diente de ajo que luego retiraremos). Para evitar la acidez incorporamos un poco de azúcar. Al final rectificaremos de sal si es preciso.
5. Vamos incorporando la salsa a la cazuela, envolvemos el conjunto y dejamos en el punto que más nos guste. A mí particularmente no me gusta demasiado líquida.
6. Emplatamos de manera atractiva y coronamos nuestro pisto con un huevo frito (o no).
Por supuesto que es plato que sirve como tapa (pincho), de primero, acompañando a un segundo (carne, por ejemplo) o bien sirve como plato único si lo acompañamos del susodicho huevo.
El pisto puede servirse frío o tibio; yo nunca lo serviría muy caliente.
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