PARQUE NACIONAL AIGÜES TORTES-SANT MAURICI
La primavera es una buena época para visitar este parque y deleitarse con los maravillosos paisajes que nos depara, aunque en verdad cualquier época del año -salvo el crudo invierno reservado a los esquiadores- es buena para una visita.
Para situarnos primero, el Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de Sant Maurici
(que este es su nombre completo) está en la provincia de Lérida (Cataluña), en plenos Pirineos. Como su nombre indica, podemos hablar de dos conjuntos diferenciados, por un lado está el sector de Aigüestortes, al que accedemos por Boí, y por otro lado el sector del Lago Sant Maurici, con acceso habitual por Espot.
En este viaje paisajístico me voy a centrar en el sector occidental, Aigüestortes, y si queréis podréis acompañarme a una excursión por los paisajes de Aigüestortes, el Estany de la Llebreta y el Estany Llong. Hago un inciso, por si alguno no lo sabe, estany es un estanque o lago, que en el Pirineo abundan, incluso en zonas muy altas de los ríos y los antiguos glaciares por colmatación de la zona de desagüe. Dicho en Román paladino, los materiales que los glaciares llevaban hacia el valle han llegado a taponarlos, formando estos espectaculares estanys.
Nuestra meta en el Estany Llong. Podemos alquilar un taxi en Boí, a modo de jeep, que se llena con otros pasajeros (no solamente nosotros) y nos lleva hasta la base de Aigüestortes (Asociación de Taxistas de la Vall de Boí, Tnos. 629 20 54 89 y 973 39 63 14). Si tenéis suficiente capacidad física os sugiero que vayáis con vuestro coche hasta el aparcamiento de La Farga (carretera L-500, dirección Caldes de Boí). Allí mismo se incia el Camí dels Enamorats, que remonta el curso del río; nos encontramos en la Ribera de Sant Nicolau. En unos cuantos minutos llegaremos al aparcamiento de La Molina, punto final para vehículos particulares, desde el que también podemos iniciar la ruta. A partir de aquí se puede continuar a pié, en bicicleta o en los taxis ya citados (estos llegan hasta el Llano de Aigüestortes). Si hemos llegado andando hasta el llano, habremos parado a contemplar el Estany de la LLebreta, y después de unas 2 horas y media, más o menos, salvo para los más intrépidos, que será menor el tiempo invertido, accederemos al llano, donde desembarcan (es un decir) los más comodones.
Tiramos de cayada o piolet o palo y comenzamos la verdadera andadura por las aigües tortes: aquí se contemplan los muchos meandros que hace el río y el porqué de su nombre. Se agradece la construcción de una pasarela de madera, que facilita el acceso incluso a los más desfavorecidos, con un metro de ancho y zonas ampliadas cada 100 metros para caso de cruzarse sillas de ruedas.
Pasada la llanura por donde las aguas corren a su capricho y los llamados Prats de Aiguadassi, que se abandonan al cruzar el río principal y acceder a una empinada cuesta que nos llevará al Refugi de la Centraleta (abierto cuando está cerrado el refugio de más arriba). Aquí puede incluso pecnortar quien quiera ver las estrellas desde más cerca.
Podemos tomar un refrigerio y descansar un ratito, para afrontar el último repecho, tras el cual nos daremos de lleno con el maravilloso Estany Long, que aparece a nuestros pies y es de una belleza que no se puede describir. Hay que ir allí a verlo. El refugio de su mismo nombre está cercano para quien quiera quedarse.
Para terminar el día no se me ocurre nada mejor que degustar una butifarra blanca a la brasa, maravillosa, contemplando el soberbio edificio románico
de San Climent de Taüll, pues tenéis un magnífico mesón al lado mismo del conjunto monumental, desde el que se puede observar un panorama inmenso, como podéis ver en las fotografías.
La visita a todo el Conjunto Románico de la Vall de Boí la dejamos para otro día, pues requiere una entrada aparte, pero vosotros, si visitáis tan nobles lugares, dejad algún día para la cultura, pues merece la pena.
Aigüestortes |
Límites del Parque Nacional |
Camino de los Enamorados |
Fuente en Aigüestortes |
Prats dÁiguadassi |
Estany Llong |
El regreso, en descenso continuo, es más sencillo, aunque hay que tomárselo con calma, porque si no se hace así, los tobillos se resienten.
Si habéis ido con el coche podéis acercaros desde el aparcamiento hasta las Caldas de Boí, donde hay varias tiendas pestas con muy buen gusto.
Balneario |
Para terminar el día no se me ocurre nada mejor que degustar una butifarra blanca a la brasa, maravillosa, contemplando el soberbio edificio románico
Butifarra espléndida |
Paisaje inolvidable |
La visita a todo el Conjunto Románico de la Vall de Boí la dejamos para otro día, pues requiere una entrada aparte, pero vosotros, si visitáis tan nobles lugares, dejad algún día para la cultura, pues merece la pena.
San Clement de Taüll |
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