EL PÁJARO PINTADO. Jerzy Kosinski.

Hace tiempo cayó en mis manos, no recuerdo por qué vía,
El niño del pijama de rayas.
Su lectura me llevó a meditar cuánta gente lo habría leído en nuestro país y cuán poca conocía sin embargo “El pájaro pintado”. Mi conclusión es que la fortuna se muestra a menudo veleidosa.

Curiosamente el paralelismo entre ambos libros parece evidente. El protagonista es un niño y se mueve en medio de la barbarie de la Segunda Guerra Mundial. Mas resulta que el del pijama es relativamente almibarado si lo comparamos con el duro, cruel, despiadado relato del pájaro pintado. No es el final del protagonista lo que me lleva a esas afirmaciones: el niño del pijama acaba en la cámara de gas mientras que el del pájaro pintado sobrevive. Lo que rodea a ambos, las descripciones de la respuesta humana, eso es lo que los diferencia enormemente.

Me atrevería a decir que éste es uno de esos escasos libros que versan sobre la maldad humana y se recuerdan siempre, quedando adheridos a las telarañas de nuestra conciencia. ¿Otros similares?: “Ensayo sobre la ceguera· (José Saramago), "Viaje al fin de la noche” (Louis Ferdinand Céline), “El corazón de las tinieblas” (Joseph Conrad).

Jerzy Kosinski nació en Lodz, Polonia, en 1933. De esta fecha se deduce que era un niño cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, a la que sobrevivió gracias a que su padre le cambió el nombre, viviendo con unos campesinos y pasando por católico. Tras la reunión de la familia, acabada la guerra, estudió en su tierra, aunque finalmente, en 1957, emigró a su patria adoptiva, EEUU, graduándose en la Universidad de Columbia y siendo luego profesor en las prestigiosas universidades de Yale y Princeton.

Sus obras fueron acogidas multitudinariamente, siendo uno de los autores más leídos de su tiempo. Destacan la que aquí glosanos, El pájaro pintado, y Desde el jardín.

Su muerte, como su vida, fue otro episodio singular: tomó una dosis adecuada de barbitúricos en su cubalibre habitual de las noches diciendo en una nota que  "me he ido a dormir por un rato mayor de lo habitual, llamando Eternidad a ese rato".

El Pájaro Pintado relata el deambular de un niño de apariencia mezcla de judío y de gitano, en el mayor de los desamparos, por la Polonia rural de los años de la Segunda Guerra Mundial. El rechazo y la persecución de aquellas crueles gentes hacia el niño, que sobrevive a pesar de la repulsa de los despiadados campesinos ignorantes, es una metáfora sobre la más baja y rastrera condición humana.

La novela ocasionó en su tierra de nacimiento una ola de indignación al creer que se trataba de una especie de autobiografía, con el feroz retrato del campesinado polaco. El autor fue tildado de antipatriota, sufriendo su madre las consecuencias, como refiere él mismo en la introducción a ediciones posteriores:
“Cuando se publicó El pájaro pintado” mi madre, que era mi único familiar consanguíneo sobreviviente, ya frisaba los sesenta y había sido operada dos veces de cáncer. Al descubrir que aún vivía en la ciudad donde yo había nacido, el principal diario local publicó artículos injuriosos en los que la acusaba de ser la madre de un renegado, al mismo tiempo que instaba a los fanáticos y a las multitudes de vecinos enardecidos a arremeter contra su casa. La policía se presentó a la llamada de la enfermera de mi madre, pero se limitó a permanecer de brazos cruzados simulando controlar a quines se autoerigían en defensores de la justicia”.

Aunque la novela fue publicada finalmente en Polonia y con gran éxito de ventas, siempre quedó el resquemor por el trato que creían haber recibido las gentes que acogieron al autor cuando siendo niño vivió los horrores de la guerra. En realidad, como él mismo señaló muchas veces, no se trata de un relato autobiográfico sino simbólico, poniendo en escena las dos polos extremos: por un lado el niño indefenso y por el otro la guerra despiadada y cruel.

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