PARQUE NATURAL DEL RÍO DULCE, PELEGRINA (GUADALAJARA)

Vista del barranco desde el mirador dedicado a
 Félix Rodríguez de la Fuente
Este verano pudimos por fin conocer una parte del Parque Natural del río Dulce, en la provincia de Guadalajara. No era la época ideal, pues en el mes de agosto hace mucho, mucho calor. Pero llega el otoño y se acerca la temporada ideal, creo yo, para visitar este hermoso paraje.
Para acceder al Parque sugiero llegar hasta Sigüenza y luego tomar la GU-118 o quizás mejor seguir la A II y desviarse a la altura del Km 119, pasada Torremocha del Campo si se viene desde Madrid, por la misma GU-118 en sentido contrario al que se toma desde Sigüenza. A pocos kilómetros de la desviación encontrarás un espléndido mirador, dedicado al naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, que filmó en estos parajes algunos de sus más interesantes capítulos sobre la fauna ibérica.
Otra vista del barranco
Un poco más adelante os encontraréis con la desviación a Pelegrina, pequeño pueblo que actualmente es un barrio o pedanía de Sigüenza. Tomad esta estrecha carretera que os llevará en dos o tres kilómetros hasta el pueblo, donde iniciaremos una pequeña ruta. Antes de llegar al aparcamiento, a la entrada del pueblo, veréis otro que parece especialmente indicado para autocares. Parad y afilad las cámaras que hay una visión espléndida del pueblo coronado por un derruido castillo. 
El pueblo de Pelegrina nos invita a llegar hasta él

Si os acercáis durante los meses de octubre y noviembre encontrareis abierto el Centro de Interpretación de Pelegrina los viernes, sábados, domingos y festivos hasta el 15 de septiembre,  y el resto del tiempo los viernes por la tarde,  sábados mañana y tarde y domingos por la mañana.   Horario 10:00 h a 14:00 h y 17:00 h a 21:00 h. 
Empinadas calles
El pueblo se recorre en un santiamén, eso sí, con unas empinadas calles que esconden y desafían al viajero a la hora de descubrir por donde acceder a las cercanías del castillo.
La pequeña plazoleta en la que se encuentra la iglesia es ideal para obtener preciosas instantáneas de tan encantador lugar.





El castillo
La iglesia





El pueblo visto desde el río
Bajaremos luego hasta la zona del aparcamiento y allí empieza la ruta que vamos a hacer, en la calle empinada al lado de una fuente. Esta ruta no es otra que la de la Hoz de Pelegrina, con el río Dulce y las formaciones rocosas como objetivo principal, sin despreciar desde luego las arboledas de sabina negra que sobreviven en el barranco y el bosque de galería con álamos blancos, sauces y fresnos que conviven con el propio río;  veremos también carrizales y juncos poblando las veredas.

Alturas para buitres y alimoches
La ruta es de aproximadamente 4 Km, prácticamente circular, de dificultad baja, y teniendo en cuenta que vamos a disfrutar de ella, deberíamos hacerla al menos en hora y media.
Una vez hemos bajado unos doscientos metros miramos hacia atrás y tenemos una estampa del pueblo y su castillo que parece preparada para una postal. Sorprende al contemplar el castillo el desnivel que hemos bajado. Seguimos la ruta, con el río a nuestra izquierda y las inmensas formaciones de roca caliza, de caprichosa escultura, a nuestra izquierda.
Arriba, en el roquedo, en el cielo, águilas, alimoches o buitres nos 
El camino y el roquedo

contemplan con descaro. Abajo, si nuestro paseo no se convierte en algarabía, podemos tener la oportunidad de sorprender con nuestro objetivo a garzas, patos, algún martín pescador o las nerviosas lavanderas y mirlos de agua. Las nutrias son para expertos, las hay, pero no se dejar ver tan fácilmente. 

El río Dulce con su vegetación de ribera
Dejo de enrollarme y sigo con la ruta, ahora por una vereda umbría y fresca, incluso en verano. ¡Ojo! os encontraréis con un puente que no debéis cruzar, salvo aquellos expertos en caminos de montaña que quieran trepar por el Barranco del Gollorio y contemplar una preciosa cascada.
Nosotros abandonamos ese intento y seguimos por nuestra veredita sin cruzar el puente, justo por donde las flechas nos indican el recorrido. Que vamos por buen lugar nos lo va a asegurar una caseta que nos encontraremos un poco más adelante; dicen que la usaba el susodicho Félix Rodríguez de la Fuente para  guardar sus aperos. Bueno, pues unos minutos más y ya vemos unas piedras colocadas en el cauce del río: ahí es justo donde vamos a cruzar hacia la otra orilla. Estamos justo debajo del mirador en el que estuvimos por la mañana.

Ya el regreso desde esta orilla hasta llegar al denostado puente de tablas que no cruzamos; ahora sí, para volver al recorrido inicial y regresar hasta la cuestecita que nos dejará en el aparcamiento después de un ligero resuello, que se nos suaviza ante la contemplación de nuevo de Pelegrina y su castillo derruido.

Plaza de Medinaceli.








Plaza mayor. Efecto vintage.























Habremos empleado una mañana, ahora toca comer. El Parador de Sigüenza es una buena elección, o quizás seguir por la A-II y entrar en Medinaceli, subir al pueblo en lo alto, despacharse un buen asado y dejar la tarde para pasear por este entorno medieval con restos romanos.

Arco romano de Medinaceli



Y ya está el día hecho, ¿qué os ha parecido?






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