Feliz Navidad y próspero 2025
FELIZ NAVIDAD Y
PRÓSPERO 2025
(El dolor de una herida antigua)
Lo cierto es que las Navidades son un territorio fértil para la nostalgia. En
estas fechas es inevitable acordarnos de quienes que ya no están con nosotros.
De esos seres queridos que, en nuestro entendimiento, creemos que se fueron
demasiado pronto: un padre, un hermano, un abuelo…
Decían los griegos que la nostalgia es el dolor de una herida antigua. Nos
aferramos a aquellas ausencias y a los recuerdos compartidos.
Igualmente, tendemos a agarrarnos a las cosas o al recuerdo que tenemos de
ciertas cosas. Como esa figura del Belén, que no tiramos y yace rota en el
fondo de una caja de zapatos; o aquella bola que se cayó del árbol de Navidad y
estalló en mil pedazos; o aquella casa en la que pasamos una estupenda
Nochevieja, esa casa, que ya no pertenece a la familia.
También tenemos recuerdos que viven en esa parte misteriosa del cerebro donde
habitan los olores. Un espacio que, cuando menos lo esperamos, nos regala el
aroma de ciertas delicias navideñas: ese besugo cocinado en un tiempo pretérito en que todavía tenía un precio para mortales; esas perdices tan auténticas que
iban aderezadas con perdigones. A veces se cambia el registro y te llega
súbitamente el olor extraño de aquel pequeño tren de vapor que daba vueltas en
un círculo infinito. Y, aunque no lo quiera recordar, lo recuerdo: el olor de
un medicamento implacable.
Este año yo tengo clavado un olor muy concreto: el olor punzante del lodo. Ese
olor que se instala en la nariz y casi en la piel después de que el lodo haya
estado confundido con lo vivo y lo muerto durante días.
Inevitable acordarnos de las más de doscientas personas que no se sentaron a la
mesa esta Nochebuena debido a la DANA sufrida en Valencia.
Por eso, estas Navidades escojo esta tarjeta para felicitaros a través de este
texto:
Fuente: perfil abierto en Instagram por Cebritart
El caso es que estaba yo dándole vueltas a estas nostalgias cuando, providencialmente, me encontré con cierta joyita en mi casa. Me ocurrió hace un par de días cuando estábamos acabando de hacer las maletas para volver a casa de mi madre como el turrón. Esa joyita a la que me refiero es un cuaderno pintado y escrito a mano por mi padre. Contiene algunas de las columnas semanales que a finales de los 90 publicó en el periódico El Mundo. La columna tenía el evocador nombre de “Silencios”.
Copio a continuación la primera de esas columnas transcritas al cuaderno. Demasiada coincidencia releerla y acordarme de que se llama “De la nostalgia”. Merece la pena leer y saborear cada una de las palabras ahí escritas. Sinceramente, creo que es de los mejores textos escritos por mi padre.
De todas formas, como ya dije las Navidades pasadas (Feliz Navidad y próspero 2024): estemos presentes. Disfrutemos con los que sí que están y acordémonos con serenidad de los que siguen estando pero de otro modo. No nos acomodemos en las heridas.
De parte de toda nuestra familia, que paséis una muy feliz Navidad y todo lo mejor para 2025.
Me encantó!!! No sabía que era columnista en El Mundo!!! Tu padre no deja de sorprenderme, era un "hombre del renacimiento". Y veo muchas cosas de él en ti según voy conociendo más. Qué gran joya ese cuadernito, esas ilustraciones, columnas... Me parece un gran regalo poder recordar a alguien a través de algo hecho con sus manos. No dejes de escribir!!! Que todo esto queda ahí para los que van detrás... Tus hijas y tus niet@s repasarán la historia a través de ellos 🤗🤗🤗 como tú haces ahora
ResponderEliminarMuy bonito, Pablo. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminar¡Qué bonito, Pablo! Tanto tu texto, como el de tu pare. Escribís de forma muy parecida. Eso también hace que sigáis unidos.
ResponderEliminarPrecioso Y Nostálgico, a partes iguales. También las palabras de Pablo. Espero hayáis pasado unos días estupendos . 😘😘😘😘
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola, por el bonito apunte de Pablo y la enorme poesía del increíble artículo de Cristino que adjunta. Qué pena que su modestia nos impidiera compartir con él tantas facetas de su talento. Al menos, ahí estáis Pablo y tú para rememorarlas.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encantan la delicadeza, sensibilidad y ternura que destilan los textos y las pinturas. Es un regalo de Navidad! Gracias Pablo por compartirlo!
ResponderEliminarMadre mía, creo que Pablo ha equivocado su trabajo, tendría que haber sido escritor, porque llega perfectamente al lector, y hace llegar a sentir una emoción que te transporta!!!!!, enhorabuena!!!!!!
ResponderEliminarPreciosos los dos textos,me encantan,que forma más maravillosa de expresarse.Feliz Navidad y feliz año para toda la familia. Un abrazo
ResponderEliminarMari Loli que orgullosa puedes estar.Me encanta leer todo lo de tu hijo. De tal palo tal astilla . Que siga así es un encanto😘
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