Un agosto agostado
Un agosto agostado - A mi tía Toñi, que me regalaba libros totalmente inapropiados para mi edad. Y yo siempre le estaré agradecido por ello. Un día cualquiera de finales de agosto. Treinta grados a la sombra. Ya no veo el mar, está detrás de una pared. Me da rabia pensar que llevo más de seis meses sin publicar en el blog de mi padre. Criar y trabajar. El dulce binomio con el que se nos pasan los días. Una maravilla, pero poco propenso para la creación. Eso sí, algo he podido leer este verano: Ordine, Bradbury, Susskind... un batiburrillo de autores. Pero no ha llegado la inspiración. Lo cierto es que no me ha pillado trabajando. Pienso en una solución de emergencia: rescatar alguno de los relatos de mi padre. De repente, un gato maúlla en la profundidad del jardín y de la tarde. Eso me recuerda algo. Buceo y encuentro la respuesta rápidamente. Un relato muy apropiado para leer en verano. O en otoño, o en primavera o en invierno. Espero que lo disfrutéis tanto como yo. Y grac